Mi vínculo con la naturaleza

«Danza bajo el agua: sesión con Martha Tena»

 Con Martha Tena no hubo plan. Solo presencia.

Fuimos a Navajas, al Salto de la Novia. El entorno ya hablaba por sí solo, y nosotras solo escuchamos. Ella abrió espacio: palo santo, tambor, canto y respiración lenta. Ahí empezó la danza, primero suave, luego libre, expandida, luminosa.

Ella se movía y yo la seguía. A veces cerca, a veces solo observando. Cambió de ropa, y los gestos se volvieron más orgánicos. Todo era conexión. Cuerpo y paisaje, luz y mirada.

Terminamos bajo el chorro del agua. Con la cámara entre las manos, traté de sostener ese instante. Me la jugué con el equipo, sí, pero lo que recibimos lo valía. Una danza ritual bajo el agua. Un acto de entrega total.

Hay sesiones que no se explican. Solo se viven. Esta fue una de ellas.