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Comunidad

«Susana y Jaime: la boda más deseada»

A veces, una invitación inesperada se convierte en un regalo.

Esta boda me llegó a través de mi querida amiga y compañera de oficio, Gratiela. Ella conocía a Susana y me habló de su historia. Poco después, Susana me contactó directamente. Fui sin saber demasiado. Me gusta llegar así, como niña que lo ve todo por primera vez.

La ceremonia fue acogedora, íntima, tejida con la emoción de lo esperado. Ellos —Susana y Jaime— se conocieron siendo muy jóvenes. Se separaron. Y muchos años después, volvieron a encontrarse. Cuando regresaron el uno al otro, ella, que había soñado con ser madre sin éxito, quedó embarazada casi de inmediato. Un milagro que solo el tiempo podía escribir.

Durante la ceremonia, el párroco lo dijo con una certeza que nos atravesó: “Esta es la boda más deseada por todos los presentes.”

El coro, con su fuerza vibrante, llenó el espacio. Una de las canciones fue «Solo le pido a Dios». Me removió. Me recordó por qué amo acompañar estos rituales: porque cuando hay verdad, se nota. Y esta boda era pura verdad.

No fue una celebración más. Fue una fiesta compartida, donde cada persona ocupaba su lugar. Había alegría, emoción, comunidad. Todo sumaba. Y allí, entre lágrimas y sonrisas, tuve la suerte de mirar con el alma y hacer fotos con el corazón.

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